jueves, 16 de febrero de 2012

¿Quieres que tus sanitarios y grifos conserven la imagen del primer día?

Pues es algo muy sencillo. Muchas veces vemos "envejecer" nuestro inodoro. La losa amarillea y es entonces que echamos mano de productos por lo general muy agresivos que deben cumplir con la función de blanquearlo. Y lo logran por supuesto, pero ocasionan daños irreversibles. Por lo general al echar un producto de limpieza y dejarlo actuar por un tiempo se baja la tapa del váter, y aquí está el gran problema, los gases emanados por la reacción tienden a "quemar" el plástico de la tapa y darle un color amarillento que no es reversible. Consejo, aunque sea molesto por el olor que despide, deje levantada la tapa del WC durante su limpieza. No exagerar en el uso de sustancias abrasivas, el uso y cuidado diario de los sanitarios facilitan su mantenimiento. Esto es aplicable a bañeras, lavamanos y bidés. Tener especial cuidado con platos de ducha acrílicos y esmaltados: no usar estropajos, con una simple bayeta y un limpiador suave es suficiente.
En los últimos años, se ha introducido en las tapas de WC el sistema soft, que consiste en que tanto el aro como la tapa del inodoro sólo necesitan un ligero impulso para que se cierren de forma suave y silenciosa. Sean condescendientes y no obliguen el sistema pues lo estropearán. Único consejo útil para los propietarios de un sistema soft en las tapas del WC: no saque la pegatina informativa, eso ayuda. No obstante, puede tomarse la molestia de hacer una advertencia  a cada usuario, si es que quiere no escuchar a media noche el incómodo PLAFFF de la tapa del váter.

Algo similar ocurre en el cuidado de las griferías, y no me refiero al ruido. A veces desde el primer momento pensamos que hay que usar un antical para que se mantengan brillantes. No. Los grifos y otros complementos cromados de uso en cuartos de baño traen su propia protección de fábrica, y muchas veces al limpiarlos con ciertos productos mermamos dicha protección. Se aconseja secar con paño suave cada vez que se usen, o al menos alguna vez al día.

En general se recomienda un uso controlado de todo producto relacionado con la limpieza de nuestros cuartos de baño, sin olvidar los desatascadores en gel o polvo. Puede que sean más cómodos que usar la clásica bombita para desatascar, pero esta es inofensiva. Evitar que caigan según qué elementos por el desagüe como pelos y otros, ayuda -y mucho- al buen funcionamiento de un sifón. Los platos de ducha modernos, al contrario que las bañeras, suelen traer una tapa extraíble que nos permite su limpieza. Tener en cuenta estos comentarios hará posible tener un cuarto de baño muy parecido al del primer día, además de disfrutar de buenos olores. Oler a lejía no es sinónimo de un buen mantenimiento.

Las fotos que ilustran este artículo son de una reforma en calle Torrijos en Barcelona, realizada hace aproximadamente 3 años, y son un ejemplo evidente de magnífica conservación.


  

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